lunes, 4 de junio de 2007

No me sean mentirosillos...

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"Clémentine y Lucas, una joven pareja que vive en la soledad de una casa colonial, se dan cuenta que no están tan solos como pensaban.

Algo les acecha en el silencio de la noche. Descubren que la vivienda está llena de pasillos y cámaras secretas que datan de los tiempos de Vlad el Emperador, el cual enterraba vivas a sus víctimas en las paredes hasta su muerte por asfixia. ELLOS les vigilan y no están dispuestos a dejarlos escapar fácilmente..."


Hace casi un mes que la película está a la venta y sinceramente no encuentro explicación a lo engañoso de su carátula y sinopsis. Cualquiera podría pensar en vista de esos colmillos de la portada y esas referencias a Vlad (por cierto, era el empalador no el emperador) que nos encontramos ante un film de vampiros o no-muertos más. En absoluto.

"Ils" es una producción Francesa de terror post-moderno, fácilmente equiparable a recientes incursiones del país vecino en el género como pueden ser "Alta Tensión" de Alexandre Aja o "Calvaire" de Fabrice Du Welz, siendo la que nos ocupa la más modesta de las tres.

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La cinta no es ninguna obra maestra, desde luego, pero merece un visionado por varias razones...no me extenderé mucho puesto que cuanto más "vírgen" y menos se sepa antes de haberla visto, mejor.

Clémentine y Lucas son una pareja Francesa que reside y trabaja en Rumanía. A través de una escueta presentación de personajes, precedida por un correcto prólogo en el que "vemos" en acción a esos "ellos" del título, somos testigos de la feliz y apacible rutina de los jóvenes protagonistas. Retirados del ajetreo de las urbes en una antigua casa aparentemente aislada, sólo un cercano bosque parece acompañarles en medio del desolado paisaje. Pero ahí fuera, "ellos" acechan...

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Debido a su duración (77') el ritmo no decae en ningún momento (aunque sí puede dar cierta sensación de corto estirado). A pesar del marcado tono amateur del conjunto, brillan con especial fuerza un inteligente uso de los elementos tópicos del género, una átmosfera inquietante, efectiva y cuidada, amén de unas más que correctas interpretaciones y un final de los que te quedan los eggs por corbata. Que resulte más sugerente que explícita en los tiempos que corren también es de agradecer.

En definitiva, aún con sus carencias, una sorpresita muy jugosa. Eso sí, sin vampiros.

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